En alguna ocasión ya he hablado aquí de ese soplo de aire fresca que supuso La bola de cristal para la televisión infantil y también he nombrado lo impensable que sería hoy en día, era de lo políticamente correcto, emitir un programa con las características de ese maravilloso experimento. Una de las piezas más inolvidables que pudimos encontrar dentro de ese gran contenedor fue La familia Monster, una serie en blanco y negro producida dos décadas atrás y que hoy todos recordamos, convertida ya en una serie de culto. Lástima que de la versión de los 90 no pueda decirse lo mismo.

Porque no me negarán que es imposible olvidar las desventuras de esta entrañable familia encabezada por Lily y Hermann a la que se unía su extraña —por anormal— sobrina Marilyn. Yo debo confesar que si ahora mismo me llamaran a mi teléfono móvil, sonaría su inconfundible sintonía.

La familia Monster, Créditos de apertura, 1964-1966.