Les propongo un juego. Salgan a la calle y pregúntenle a todo el que se encuentren qué escena les viene a la cabeza cuando piensan en Verano azul. Me apuesto cualquier cosa a que la práctica totalidad de los encuestados les dirá que la interpretación del No nos moverán. Ese será el resultado. Yo he hecho la prueba.
Y es que ver a toda la pandilla a bordo de La Dorada I, guitarra en mano, enfrentándose por Joan Baez a las piquetas de una inmobiliaria sin escrúpulos —está visto que esta semana toca quejarse de la especulación— para defender la casa de Chanquete es, sin duda, una imagen imborrable.
El resto, probablemente les contestará que cuando Bea se hizo mujer. Pero de eso ya hablaremos otro día. O no.
Verano azul, No nos moverán, 1981.