«Algo se muere en el alma
Cuando un amigo se va
Y va dejando una huella
Que no se puede borrar»

El 7 de febrero de 1982, si no he errado en la fecha, millones de españoles asistieron conmocionados a la muerte de Chanquete en el penúltimo episodio de Verano Azul, serie que en su primera emisión había alcanzado el éxito que la ha llevado a ser una de las más repetidas de la historia de la televisión en España hasta la llegada de los canales secundarios de la TDT.

Posiblemente, el del 7 de febrero de 1982 fue el episodio más emotivo de toda la serie. Y el más triste. El que, en unas secuencias inolvidables, convirtió las Sevillanas del Adiós de Los amigos de Ginés en una canción unida para toda la vida a la memoria colectiva de todo un país. Porque la muerte de Chanquete no fue un duro golpe sólo para los protagonistas de la serie, sino que fue sentido como propio por casi todos sus seguidores.

Desde el 7 de febrero de 1982, aquel estribillo —«No te vayas todavía, no te vayas por favor. No te vayas todavía, que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós»—, con toda su carga simbólica, estará siempre ligado a la magistral serie de Antonio Mercero. A la despedida de Chanquete. Y nos seguirá poniendo la piel de gallina cada vez que lo escuchemos. Y que veamos esas secuencias.

Verano Azul, Algo se muere en el alma (Fragmento), 1981.