Archivos para las entradas con etiqueta: Parchís

«Cada uno cantará
Su aventura singular
Si es verdad o fue ilusión
Poco importa, qué más da»

Hace casi un año, cuando escribí acerca de Los Cinco, ya comenté que este popurrí en el que el grupo infantil cantaba fragmentos de varias sintonías de series de dibujos animados de la época como si fueran una aventura que hubiese vivido cada uno de sus integrantes era una canción que me había marcado durante mi más tierna infancia. También apunté que unos años antes ya había explicado los motivos.

La cinta de Parchís

De las «25 supercanciones de los peques» sólo sobrevivieron la mitad.

Así que no me perdonaría finalizar este proyecto sin traerla hasta aquí, aunque eso suponga dejar fuera a otro grupo y cualquier otra canción que merecerían también ser recogidos en esta recopilación cuya fecha de caducidad está ya a la vuelta de la esquina.

La abeja Maya, Orzowei, Jackie y Nuca, Mazinger Z… «cada uno cantará su aventura singular». Y, treintaitantos años después, sigo aquí para escucharla y que se me pongan la piel un poquito de gallina.

Parchís, Cantando aventuras, 1979.

Dicen que la música es un lenguaje universal que no entiende de edad, sexo, raza o, incluso, especies. Por ello, es normal que nos encontremos con niños que, en su inocencia, cantan auténticas barbaridades que sus artistas favoritos han puesto en sus bocas. Si lo hacen en casa y entre amigos, poco importa. Pero cuando quieren ir a la tele a compartir sus habilidades o, incluso, convertirse en cantantes profesionales —aunque no hay nada más terrorífico que un niño artista, y si no lo creen, acuérdense de Raulito— esas letras subidas de tono comienzan a ser un problema.

Además, no hay estilo que se escape. Da igual que sea el pop melódico, la salsa o, por supuesto, el reguetón. Hace años, sin ir más lejos, una adorable niña quiso emular a sus idolatradas Azúcar Moreno en Menudas estrellas —u otro programa similar— cantando un tema tan sexual como Devórame otra vez. Al final una seria reestructuración de la letra —por ejemplo «he mojado mis sábanas blancas recordándote» se convirtió en «he mojado mis sábanas blancas llorándote»—, salvó la papeleta.

En otros casos, los responsables no fueron tan considerados. Y, así, el éxito de Umberto Tozzi Gloria siguió siendo la «aventura de mi mente, de mi mesa y de mi lecho» en la versión que popularizó Parchís a comienzos de los 80. Siempre será mejor eso que escuchar a una niña de cinco años cantar una versión censurada del tema de Eddie Santiago y horrorizarte por saber perfectamente lo que debería estar diciendo.

Parchís, Gloria, 1979.

Aunque este experimento se define como un repaso eminentemente audiovisual a los años 80, también habrá espacio para algunas de las lecturas que de un modo u otro marcaron mi infancia. Sin embargo —y aunque el título de esta entrada lleve a equívoco—, no voy a hablar de las novelas de la británica Enid Blyton, básicamente porque yo fui mucho más de otra saga que ya desvelaremos más adelante.

En esta ocasión, el título de la entrada señala uno de los primeros recuerdos musicales que atesoro, en forma de uno de los dos volúmenes que conformaban el LP Las 25 Súper Canciones de los Peques de Parchís. Y de todas ellas, mi favorita, con permiso de Cantando aventuras, siempre fue la adaptación de la banda sonora de la serie televisiva que adaptaba las historias de Blyton.

Que por qué sólo uno de los dos volúmenes, se podrían preguntar en este momento. Porque, como ya conté una vez, en una ocasión el radiocasete tuvo la ocurrencia de estropearse llevándose la otra cinta por delante. Mala suerte. Así que no descarten que Parchís y sus entrañables gallos en los agudos aparezcan de nuevo por aquí. Ni que yo busque la grabación original, la digitalice y me la ponga en el iPod cuando salga a correr.

Parchís, Los Cinco, 1979.

A %d blogueros les gusta esto: